Me escribe mi amigo Mariano por WhatsApp. Siempre se ha preocupado por mí y le he contado mis novedades. Ahora él me cuenta las suyas. Está en Chile, se fue hace menos de una semana, y está estableciendo allí las bases para cuando exilie en marzo. Le leo por Twitter lo contento que está de estar allí, el calor insufrible del noviembre estival desconocido para los hemisferionorteños, y las esperanzas que le trae un país tan nuevo como abierto a su trabajo.
El de mi amigo Mariano es uno de los tantos capítulos que se están escribiendo hoy en día sobre el éxodo a un futuro mejor. Leí hace poco un artículo de Concha Caballero que me conmovió, y que aquí hipervinculo, y me hizo darme cuenta de esta situación, de esta fuga sigilosa a la desesperada de tantos y tantos jóvenes futuros genios y estrellas. España lleva yendo cuesta abajo y sin frenos desde hace mucho tiempo y todavía no se ha estampado. Las generaciones preleyenda españolas no quieren estamparse y, antes de hacerlo, prefieren marchar a cualquier otra parte para prosperar.
No es una emigración que calificaríamos de emigración, no, nunca la nombraremos así; porque una "emigración" para los jóvenes contemporáneos es algo de lágrimas, de pobretones, de desesperados y de parches en los pantalones, es algo de nuestros abuelos cuando se iban de un pueblo de la sierra a Barcelona o a Alemania, sí, nuestros abuelos, los que también tuvieron que sufrir hambre y penurias que jamás pensaremos que vayamos a tener que sufrir. Y estamos muy equivocados, la gente se nos va. Es un goteo incesante entre nuestros amigos, nuestros hermanos y nuestros vecinos. Mucha gente está involucrada en esta emigración que calificamos, desde fuera y con una venda en los ojos, de un viaje en busca de experiencias nuevas.
Muchas de las semillas de nuestro conocimiento y esplendor futuros están germinando en tierras forasteras. Aquí nadie da un duro por nadie, da igual qué expediente, qué cualidades sociales o qué experiencias anteriores tengas, porque si la empresa no tiene dinero para contratarte, por muy bueno y válido que seas, no te contrata. Y así es la vida. En Inglaterra, por ejemplo, las enfermeras (y enfermeros, paridad ante todo...) españolas (y españoles) son una perita en dulce: en España tenemos preparación brillante en este aspecto y el cariño y la calidez mediterráneas no las encuentras en cualquier sitio. Somos, ahora mismo, aunque suene duro y triste, el campo donde cultivamos aquellos que levantarán y glorificarán a nuestros países vecinos.
Es difícil hacerse a la idea de que esto es un éxodo en condiciones, porque no viajan en un autobús escacharrado durante varios días ni llevan lo imprescindible en un maletín o un petate descosido; son jóvenes con ilusiones, que no ponen pega en irse, con alma viajera, que van sentados en un vuelo buscado con mucho tiempo de antelación, que llevan su móvil de última generación, un portátil imprescindible y toneladas de ropa, que hablarán por Skype, que se maquillarán y saldrán de vez en cuando de fiesta. Estos pájaros ya no sólo vuelan de su nido, sino que se van a otro, que con afán y esa ilusión juvenil de trabajar, levantarán rama a rama.
Y en el primer nido, tembloroso y apesadumbrado, se quedan sus padres, contentos por su decisión y desolados por su ida; se quedan sus hermanos, que los admiran con atención y que no dudarán más tarde en seguir una moda de éxodo si la situación aprieta; se quedan sus amigos (si es que no se han ido a otro país también), que recordarán con gracia los buenos momentos juntos, planearán un viaje para verle en el primer puente que se presente y ansiarán la llegada de Navidad o verano para que el forastero se acerque.
Triste es el paro, tristes son las hipotecas, triste es la prima de riesgo, triste es la caída en bolsa, triste es la corrupción; pero a mi parecer más triste es este vapuleo al vaso español que hace que no lo podamos ver más tarde medio lleno o medio vacío, porque simplemente no tendrá agua.
P.D.: Suerte, Mariano, en Chile; y suerte a muchos otros que también emigran y me leen ellos o sus allegados. Aquí estamos los demás esperándoos porque "This is Home".
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by: Joaquín Bueno
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Impresionante entrada como siempre, Joe.
ResponderEliminarUna realidad tan impactante como cierta. Estamos ante tiempos difíciles, por ahora sin salida, aunque la haya.
¡Un fuerte abrazo! :D
Q cabrón, me hicistes llorar.
ResponderEliminarjajaja
EliminarMi intención no era hacer a nadie llorar, pero me alegra que al menos te haya conmovido ;) Gracias por pasarte por aquí.
Un abrazo, anónimo! :D