martes, 21 de febrero de 2012

Los sint

Hablemos de una raza creciente en España y peligrosamente perjudicial, los sintEl nombre les viene de la abreviación de seudointelectuales. Se trata de un grupo, clase, tribu o barbarie social con un rango de edad entre los dieciséis y los veintipico. Sus principales características son:

- Como seudos que son, esta gente va de culta, intelectual y superior. Han leído algo más que los demás de su ambiente, pero es más lo que dicen que lo que realmente hacen. A su parecer, la sociedad es inculta, estúpida y poco avanzada; miran, para ello, por encima del hombro y suelen levantar la parte izquierda del labio superior. La gente que no escucha indie y se lo pasa bien con la música comercial o el reggaeton en las discotecas son directamente mandados  a su carpeta de deshechos de la sociedad.

- A pesar de que abanderan no pertenecer a ningún partido político, suelen ser de izquierdas y constituyen un gran lastre para este ala política. El socialismo y el comunismo quedan desvirtuados y contaminados por los sint. Son en su mayoría ateos y anticristianos, republicanos y mayoritariamente anárquicos o idealistas.

- Inconformistas natos, quejicas de sangre. Nada les gusta, todo está reducido a una masa de ignorancia y estupidez infinitos en el mundo alrededor. Los seudointelectuales critican esto, lo otro y aquello de más allá también; no saben de todo, pero se empeñan en aparentarlo, porque son tan cultivados y avanzados a su edad que quedaría fatal que no tuvieran recursos sobre un asunto.

- Tienen una afinidad especial por hacerse los héroes democráticos. Para tal empresa, desarrollan una capacidad increíble para hablar de derechos y libertades del pueblo y deberes de los gobernantes. No dudan en tomar a la policía como medio opresor de un gobierno "sólo democrático en fachada". Los seudointelectuales suelen tener un gusto supremo por las asociaciones y organizaciones chorras, las movilizaciones vía Internet estéticamente preciosas, y, por encima de todo, son unos golosos de las huelgas y manifestaciones. Respecto a este punto, encontramos dos clases de sints: los de la retaguardia y los de la acción.

Los de la retaguardia son la mayoría, tienen buena capacidad de fingir su cultura y constituyen el apoyo twitteriano, tuentiano y de cara a los telediarios, con comentarios irónicos, graciosos y sarcásticos sobre el poder inculto que nos gobierna.

Los de la acción son los que menos tienen que hacer en sus vidas y más ganas tienen de armar jaleo. No luchan sólo por lo que les interesa, sino por todo aquello que suene a alboroto y griterío callejero. Hay de los que saben por lo que luchan y honradamente van por su causa a las movilizaciones y hay de los que no y sirven de relleno y de muestra de los golpes que les dan los malísimos polis.

- No tienen una localización fija, se extienden por toda España; sin embargo, podemos decir que tienen como Tierras Prometidas a Madrid y Barcelona, por esa amplitud cultural que ofrecen y que otras ciudades no se pueden permitir. Bueno, y porque son grandes bastiones para deliciosos escándalos.

- Los seudointelectuales pueden o no tener trabajo y aspiraciones. Sin generalizar, una gran masa de ellos atribuyen también su nombre de sint a "sintrabajo", pero no simplemente por estar en paro, sino por estar sin oficio ni beneficio. Los más jóvenes están estudiando en sus institutos aún y a partir de los 18 entran en un mundo apasionante: la universidad. Llegados al punto de estar una carrera, los sint alcanzan su esplendor reivindicativo y de fingimiento de cultura. Los que tienen "carreras decentes" van pichí-pichá en ellas y los demás tienen carreras donde tocarse bien los huevos. Así, unos y otros tienen tiempo de sobra para dedicarse a la crítica, la queja y el reclutamiento de camaradas. También adquiere importancia que practiquen la fotografía y el teatro, ambos hobbies desgraciadamente marcados por ellos.

- Dentro de los sint, encontramos a los más puros gafapasta, los rastafaris formales, la élite perroflauta, los más enteraillos de los naturistas y, en cierto modo, algunos amantes de todo género musical alternativo a lo comercial y a la música de las principales emisoras. Ligeramente se ven algunos casos también de locos (en el buen sentido de la palabra) del manga.

Sus principales rasgos comienzan a germinar alrededor de los dieciséis, cuando tontean con novelas de temática madura, ven alguna película de culto y descubren los telediarios. Empiezan a enamorarse de la expresión "sois ovejas del rebaño" y el hecho de creerse potencialmente más maduros que sus compañeros de clase los aísla ligeramente (algo que no hace más que alimentar sus egos). Comienza simultáneamente un crecimiento exponencial de su gusto por la política y la opinión mordaz sobre ésta. A partir de los veintisiete o así, han refinado tanto su "seudismo" que nos parecen intelectuales de verdad y nos engañan como tontos; algunos incluso llegan a ministros, véase Sinde, con un extraño parecido entre su apellido y su raza.



Esta crítica violenta es sólo una apreciación sobre este colectivo tan moderno, nada que ver con el derecho a la reivindicación y el inconformismo, valores en la vida que creo nunca deben perderse y son esenciales. El extremo de los sint en estos aspectos es lo que critico.

En esta vida todos tenemos roles, elige bien el tuyo.

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by: Joaquín Bueno
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miércoles, 1 de febrero de 2012

Pobre ella.

Pobre ella, que hace lo que puede por gustar y no lo consigue.
Pobre ella, que sufre por los errores de los demás.
Pobre ella, que la marcaron y ya nadie la quiere.

Poca gente la quiere de verdad, la mayoría huyen de ella. Ella pone todo su empeño: alza sierras, mueve montañas, baña las costas con gusto y florece las primaveras; pero no, la gente no la quiere como debería. Vuelve a intentarlo y da un clima agradable, unos soles envidiables y sombras de siesta; tampoco es suficiente. "Será por la gente" piensa, y les da a su gente una alegría innata, un salero inconfundible, una espontaneidad despierta y una mente optimista; pero no llega a su objetivo. Ella llora, pero no se le oye, porque ella es solo tierra y duende. Y ya no sabe qué hacer y se da por vencida. No es irremediable, ahora tenemos que ayudarla.

Mujer llorando, de Pablo Picasso

"Me voy que no aguanto a esta gente", "aquí todo el mundo es un incompetente", "nadie quiere trabajar, Alemania será mejor". Esas son las cosas que le duelen y yo salgo en su defensa. A España no la quieren y a mí me cansan los comentarios. Todos somos españoles y quejarse de tu propia sociedad es un gran error. TÚ formas parte de la sociedad española; si no te gusta, cámbiala. Pero no te quejes sin sentido y mira un poco tu ombligo. Deja, por Dios y por todos los santos, de idolatrar a los vecinos y mejora tu nación. Si te miras en el espejo y no te gusta lo que ves, no culpes al espejo; si miras el mundo y no te gusta lo que ves, no culpes al mundo. No se valora lo que uno tiene hasta que lo pierde, o eso dicen. Créeme que mejor no llegar a ese punto: no perdamos a España, valorémosla ahora.

Pobre ella que no alzan su bandera. Un pifiazo político marcó sus colores y ahora miedo le tienen a alzarlos. La pobre España no tiene quien la quiera, corrompen su bandera: unos la aguilizan y otros la purpurean. Ha perdido la nación su identidad, su tradición y su naturaleza castiza.

Por error, capricho u oveja del rebaño ser, la modernidad se identifica con los estadounidenses y sus americanadas. Sus costumbre son más televisivas y su música, más pegadiza. Adiós a los detalles de la vida española y a su flamenco. Adiós a todo ello; esas cosas son carcas, cutres y agitanadas. Maldito tú que dices eso, maldito tú que babeas por el de al lado.

Español que se habla y lee, pero no se valora. El inglés tiene rimas más bonitas y suena mejor en esta vida, ¿no? El francés es precioso y romántico; el italiano, cautivador y sensual; el alemán, disciplinario y formal; el español es más mazacote, menos melódico, más anticuado. Por desgracia, las mentes más pequeñas siempre tienen la boca más grande.

Si eres de los que están recibiendo dardos a mansalva con este artículo y, por tanto, crees que en una sociedad como la española nunca prosperarás, te diré una cosa: la vida es el arte de sacar beneficios suficientes de recursos insuficientes. No esperes que te den todo mascado, ni en España, ni en Alemania, ni en Filipichín de Alcoy; trabaja y progresa desde tus humildes raíces. Tienes bastante suerte de haber nacido en España, pero no lo sabes todavía.

Puede que las cosas no estén precisamente fáciles en España ahora mismo y que en otros lugares sea más fácil; pero de eso no es de lo que hablo, hablo del amor por tu patria, estés donde estés sin tirarla por los suelos. Y si estás aquí y pasándolo mal, cito una frase de Churchill: "Si estás pasando por el infierno, continúa". Rendirse, desde luego, no es una opción.

España merece que la queramos. No hay dieta como la nuestra, ni clima saludable como éste. No hay tanto arte ni tan original como aquí, ni eficacia deportiva como la española. No hay calor humano ni alegría como los de España, ni hospitalidad como ésta. Y si tienes conflictos con la bandera, haz las paces con tu pasado para que no destruya tu presente; que suficiente malparado ha quedado ya.

En resumidas cuentas, quiere a España porque es tu patria, ensalza sus virtudes y arregla sus defectos. Trata con el mundo de la forma en cómo es, no como te gustaría que fuera. 



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by: Joaquín Bueno
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